El premio Nobel peruano Mario Vargas Llosa ha presentado este jueves, en la sede de la Fundación Telefónica en Madrid, su nuevo libro, Conversación en Princeton (Alfaguara). El volumen recoge las memorias de un seminario organizado en la prestigiosa universidad de Nueva Jersey, Estados Unidos, donde se estudió la totalidad de su obra literaria. En el acto le ha acompañado el académico de Princeton Rubén Gallo, coautor de la publicación y coordinador del curso. Ambos han repasado algunas de las conclusiones del grupo de estudio en que está basado este libro y de los motivos para llevarlo a cabo.

Al salir de aquel lugar, pasó a “un barecito de mala muerte” que estaba a un lado de la perrera, ha rememorado. El sitio se llamaba La Catedral, y ahí se le ocurrió que la columna vertebral del relato podía ser una conversación entre un joven y un guardaespaldas de su padre. “Quería contar cómo el régimen se infiltraba en la vida de las personas”, ha detallado Vargas Llosa. En este sentido, ha afirmado que además de los personajes, los novelistas también inventan el tiempo en el que transcurren las historias. “Puede ser más rápido o muy lento; puede ir hacia adelante o hacia atrás, como hacía William Faulkner”, ha explicado.
Por su parte, Gallo ha mencionado que en la última sesión del seminario participó el periodista francés Philippe Lançon, colaborador de la revista Charlie Hebdo. Lançon estuvo presente en las oficinas de la publicación satírica el 7 de enero de 2015, cuando ocurrió el atentado contra aquel semanario. Él contó los detalles del ataque y cómo sobrevivió gracias a que los terroristas creyeron que había muerto y no lo remataron en el suelo como a otros de sus compañeros. Al respecto, Vargas Llosa comentó: “El terrorismo solo es uno, con sus variantes locales. Es el símbolo de nuestra época y su motivación es siempre religiosa”.
*Texto publicado por EL PAÍS de España. Por: Alejandro Mendoza, 22 de septiembre 2017
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